Isabel, la Wagemann

El apellido impronunciable se pronuncia "bagueman".

 Soy Isabel Wagemann, escrito con uve doble o doble ve, según de dónde seas y cómo te hayan enseñado a decir la W. Hay gente que me llama  "guajeman" o "güeishman", y también, los finos de oído o con ancestros germanos, dicen la “bagueman” que es lo mismo, pero bien pronunciado. (Incluso me han llamado Batman, pero eso ya sí que es raro)

Mi apellido es de origen alemán, aunque soy chilena. Nací en Valdivia, una ciudad pequeña, bonita y con un río, al sur de Chile. Hace más de veinticinco años, vivo en Madrid, así que también soy española. Mitad y mitad.

Desde muy chica, leo desaforadamente. Y escribo. Mi mamá me llamaba ratón de biblioteca porque mientras mis hermanas se subían a los árboles, yo me sentada abajo a mordisquear manzanas. Siempre con un libro entre las manos. Estudié periodismo, que entonces era lo que más cercano a la escritura, y no me salió mal. Durante la carrera aprendí fotografía y luego trabajé como reportera en la tele chilena, pero como esto no me convencía del todo, decidí cruzar el charco y hacer un doctorado en Literatura en la Complutense. Mi idea era doctorarme y volver a Valdivia para ser profe de mi universidad. Como la vida nunca sale como imaginamos, aquí sigo. Hace miles que no ejerzo de periodista y conseguí lo de ser escritora; publiqué algunos libros y es un oficio al que siempre tengo ganas de volver. De hecho, fue la literatura la que me llevó a la fotografía y en especial, a lo que se me da mejor y me encanta: el retrato. Me gustan fotografiar personas. No ha sido fácil llegar hasta aquí, pero con todo, siempre intento divertirme por el camino. También me gusta bailar, cocinar, comer y hacer de milagrera con mis retratos que dicen por ahí, que dan suerte.

Si quieres saber más sobre mí y cómo es que traigo suerte, te lo cuento feliz mientras hacemos tus fotos.

Te espero con un café y unas galletas hechas por mí, o si prefieres un té, agua mineral, cervecita o vino chileno. te sentirás como en casa.

Si ya te has animado o si te queda una pizca de duda, puedes mandarme un email, un WhatsApp o aprovechar el formulario de contacto de aquí abajo. Es divertidísimo hacerse fotos, te van a encantar. Nos lo vamos a pasar bien y, además, te van a servir un montón. Y no lo digo solo yo.